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Saber cómo se coge una copa de vino no solo tiene que ver con la etiqueta, sino también con disfrutar correctamente del vino. Una mala forma de sujetarla puede alterar su temperatura, sus aromas e incluso la experiencia completa. Aquí le explicamos cómo hacerlo bien y por qué es importante.
Forma de agarrar una copa de vino correctamente
La forma correcta de sujetar una copa de vino es por el tallo o la base, nunca por el cáliz (la parte que contiene el vino), ya que:
- Evita calentar el vino con el calor de la mano.
- Permite observar el color y la limpidez del vino con claridad.
- Mantiene la copa más limpia, sin huellas en el cristal.
Este gesto, además, denota elegancia y conocimiento. Es especialmente importante en catas, maridajes o eventos formales.
Partes de una copa de vino tinto
Para entender mejor la forma de sujetarla, conviene conocer sus partes:
- Base: permite que la copa se mantenga en pie.
- Tallo: se sujeta con los dedos, evitando el cáliz.
- Cáliz: donde se sirve el vino; su forma influye en la oxigenación y percepción de aromas.
- Borde: la parte por donde se bebe; debe estar limpio y fino para una experiencia suave.
Cada una de estas partes cumple una función específica. En el caso del vino tinto, el cáliz suele ser más amplio para favorecer el contacto del vino con el oxígeno.
Formas de sujetar la copa de vino
Hay dos formas aceptadas y elegantes para sujetar una copa de vino:
- Por el tallo: con el pulgar, índice y medio. Es la forma más común y recomendada.
- Por la base: con los dedos planos bajo la base. Aunque menos usual, se usa en ocasiones para evitar cualquier transferencia de calor.
Evite en todo momento sostenerla por el cáliz, incluso si el vino está frío o parece cómodo. Este gesto, además de poco estético, es incorrecto desde el punto de vista sensorial.