Identificar la calidad de un vino con solo un sorbo, o incluso, tras realizar un rápido examen visual y aromático, es una habilidad reservada a los profesionales o los aficionados más experimentados.
Sin embargo, como cualquier otro arte, esta capacidad se puede aprender y desarrollar con el tiempo y mucha práctica. Siempre y cuando cuente con los conocimientos teóricos necesarios y siga ciertos procedimientos.
En el artículo de hoy, le mostraremos cómo saber si un vino es bueno, incluyendo aquellos elementos a los que debe prestar especial atención y cuáles son los pasos imprescindibles para realizar un examen completo de la bebida.
Cómo reconocer un buen vino
Antes de continuar, cabe hacerse una pregunta sencilla, pero muy importante: ¿Qué es exactamente un buen vino?
Lo primero que debemos considerar es que no existe una única respuesta a esta cuestión, ya que en muchas ocasiones entran en juego aspectos muy subjetivos, relacionados con los gustos personales de cada aficionado.
Sin embargo, existen ciertos elementos que corroboran la calidad del producto, y ayudan a detectar si un vino es bueno o no:
Aromas y sabores del vino
Un vino de calidad debe ofrecer una complejidad aromática que le invite a seguir disfrutando de su fragancia e incite a su degustación.
Los aromas de un vino pueden ser muy variados: desde los tonos frutales a las flores, pasando por los tonos que sugieren especias, minerales, e incluso fragancias propias de la madera, el cuero, el chocolate, el tabaco y similares en el caso de los vinos tintos gourmet o envejecidos.
En cuanto al sabor, un buen vino debe tener un equilibrio armonioso entre sus componentes: acidez, taninos, alcohol y dulzura (en el caso de los vinos dulces). Probar el vino es una de las formas más fiables de detectar si un vino es de buena calidad, aunque detectar todos estos elementos requiere de cierta práctica.
Sin embargo, si la acidez es refrescante, los taninos (en el caso de los vinos tintos) son firmes y no agresivos, y el alcohol presenta un buen equilibrio con los demás elementos, será una muy buena señal. Más aún si el sabor del producto persiste después de beberlo (lo que se conoce como longitud o persistencia en boca).
Color y claridad del vino
El aspecto visual de un vino puede decir mucho sobre su calidad.
Al observar el vino en la copa, examine si este presenta un color brillante y claro, el cual puede variar desde el púrpura intenso en los vinos tintos jóvenes, hasta el granate en los ejemplares más añejos.
En el caso de los vinos blancos, un color amarillo pajizo o dorado brillante garantizará que, muy probablemente, la bebida tenga un alta calidad.
En contraposición, las bebidas con aspecto turbio o con partículas en suspensión pueden indicar problemas, aunque algunos vinos naturales pueden presentar estas características sin que eso signifique una mala calidad.
Equilibrio y estructura del vino
Otros aspectos importantes para saber si un vino es bueno son el equilibrio y la estructura que ofrece el producto.
Un vino equilibrado es aquel en el que todos sus componentes trabajan en armonía. Es decir, que ningún elemento (el dulzor, la acidez, los taninos o el alcohol) sobresale de manera desproporcionada en relación a los demás.
La estructura de un vino, por su parte, se refiere a cómo estos componentes se sienten en la boca. Un vino bien estructurado proporcionará una sensación plena y redonda, con una progresión suave de sabores y texturas.
Pasos para identificar si un vino es de calidad
Tras haber revisado algunas de las características imprescindibles de un buen vino, es el momento de establecer un método práctico y sencillo para evaluar cualquier ejemplar en tan solo 3 pasos:
- Observación: antes siquiera de oler o probar el vino, dedique un momento a observarlo inclinando la copa ligeramente. Si el líquido es limpio y brillante, lo más probable es que el producto prometa una buena calidad.
- Examen olfativo: dé algunas vueltas suaves a la copa para liberar los aromas y luego inhale profundamente. Un buen vino ofrecerá, aromas definidos, complejidad (diversidad de aromas primarios, -variedad- secundarios -vinificación y crianza- y terciarios -evolución en botella-) y un equilibrio en su bouquet aromático.
- Degustación: tome un sorbo, deje que el vino cubra toda tu boca y preste atención a los sabores, la acidez, los taninos y la textura. Un vino de buena calidad debe sentirse equilibrado y tener una persistencia agradable en boca, lo que comúnmente se llama "final largo".
¿Se puede saber si un vino es bueno por la imagen?
Aunque el verdadero juicio de un vino viene después de probarlo, la botella y su presentación pueden ofrecer algunas pistas sobre su calidad.
En primer lugar, cabe destacar la etiqueta, la cual proporciona información sobre la bodega, la región de origen, la variedad de uva utilizada y la añada. Por lo general, los vinos de regiones reconocidas suelen ser una apuesta segura. Por no hablar de los productos pertenecientes a añadas particularmente buenas, que garantizan que la uva utilizada en su elaboración fue de una calidad excelente.
Por otro lado, el precio puede ser un indicador de calidad, aunque no siempre es el caso. Los vinos baratos pueden estar hechos con uvas de menor calidad o métodos de producción más industriales… aunque también cabe destacar que un precio alto no garantiza que el producto sea de calidad.
Ahora que ya sabe cómo saber si un vino es bueno, es el momento de degustar diversas propuestas y nutrir su bodega con los ejemplares que más encajen con sus gustos.
Para ayudarle a desarrollar su paladar, en Solar de Samaniego disponemos de una amplia variedad de vinos tintos, rosados y blancos con D.O. Rioja y Ribera del Duero con una excepcional calidad - precio.
Además, no olvide consultar nuestra selección de vinos para regalar, ideales para tener un detalle con esa persona tan especial y ponerle el broche de oro a cualquier celebración.